ORAR CON SAN JERÓNIMO (2)


ORACIÓN POR LA HUMANIDAD

   San Jerónimo: también tú, como los hombres de hoy, te dejaste cegar por el embrujo del poder y la fuerza; y sin embargo, la humillación de un calabozo iluminado por la ternura de María, te abrió los ojos y el corazón, y pudiste entender que la única roca firme de la vida es Dios; y Dios es caridad, sólo caridad.

   Ruega por nosotros, san Jerónimo, ruega por la humanidad de nuestro tiempo, que tiene que elegir entre la libertad de la fe en Dios y la esclavitud de los ídolos de siempre.

   San jerónimo, tú has renunciado con determinación a los ídolos, para amar con ternura a los huérfanos y a los pobres, convencido de que la verdadera riqueza está en dar y no en tener. Hoy hay miles de personas solas en medio de la multitud, abandonadas a la indiferencia y al desinterés. Cristo, sin embargo, espera cada día nuestra respuesta de amor hacia ellos.

   Intercede para que también nosotros, oh san Jerónimo, repitamos a los pies de Cristo Crucificado tu invocación sencilla y luminosa: "¡Ayúdame, Señor, y seré tuyo!".

   Que el ejemplo de tu oración, la valentía de tu penitencia y el grito de tu caridad indesmayable encuentren eco fiel en nuestra vida, para que seamos los brazos y el corazón de Dios, que se inclina ante las heridas de las nuevas pobrezas, para ofrecerles el bálsamo de la verdad y de la caridad. Amén.   

 

 (Cardenal, Angelo Comastri)


PARA PEDIR EL DON DE LA CARIDAD

  Oh san Jerónimo, que reconocías el rostro del Señor en los pequeños y los últimos, y en ellos lo amabas y servías, intercede para que también nosotros sepamos descubrir las necesidades y sufrimientos de nuestros hermanos y sirvamos lealmente a los pobres. Y así, algún día seremos dignos de contemplar el rostro de nuestro dulcísimo Jesús en la gloria eterna del cielo. Amén.  

 


POR LOS NIÑOS

   Oh san Jerónimo, signo de la predilección de Dios por los pequeños y los niños y niñas más debiles e infefensos, a los que recogías por la calle y cuidabas con cariño y ternura de madre y padre, con un estilo propio de esmerada atención a sus necesidades materiales y espirituales, que se fundaba en tres pilares muy sólidos: trabajo, piedad y caridad; intercede ante el Señor por todos los niños del mundo, para que puedan crecer en edad, sabiduría y gracia, y sean respetados por su dignidad de personas e hijos de Dios.

   y a nosotros, que nos hemos ofrecido a Cristo siguiendo tus huellas, guíanos y apóyanos para que descubramos y denunciemos las profundas llagas que aún pesan sobre nuestros niños y niñas y jóvenes; y para que sigamos haciéndonos cargo de ellos con fe y entrega evangélica, o sea: proclamando la paternidad amorosa y la ternura de Dios hacia los pequeños y los pobres y anunciando la liberación a los oprimidos por cualquier forma de pecado personal y social, y por toda clase de abandono, violencia y marginación. Amén.  

 

 

 


POR LA JUVENTUD

   Oh san Jerónimo, padre de huérfanos y protector de la juventud desamparada, te pedimos que suscites con tu poderosa intercesión en nuestra juventud el ardor misionero que los transforme en sembradores activos de la Buena Noticia y signo de la nueva humanidad que tu Hijo inauguró con su muerte en la Cruz.

   Que cuantos han sido elegidos para ofrecerse a Dios en el seguimiento de su Hijo, sean generosos y constantes en su entrega total y, como tú, bien dispuestos a servir a Cristo en los pequeños y los pobres.

   Que cuantos han recibido la vocación matrimonial, vivan amándose recíprocamente hasta la total donación de sí y descubran la belleza y la fecundidad de su amor, todos y cada uno de los días de su vida.

   Intercede ante el Padre de las misericordias por aquellos jóvenes que caminan por senderos de muerte: que, protegidos de cualquier manifestación del mal, obtengan la gracia de la conversión y la verdadera libertad. Amén.  

 


POR LA JUVENTUD DESAMPARADA

  Oh san Jerónimo, padre y protector de los huérfanos y de la juventud desamparada, te pedimos hoy por los jóvenes que están solos o enfermos, que son pobres o viven en la miseria, que han sido o son víctimas de las profundas llagas que aún pesan sobre nuestra sociedad avanzada y que se concretan en extrema violencia, todo tipo de abusos y cualquier forma de explotación; y que por todo eso han perdido su autoestima y la esperanza en un futuro mejor.

   Intercede por ellos ante Dios, fuente de todo bien, para que recuperen en su vida el consuelo y la esperanza; y por nosotros, para que con nuestro testimonio de vida, servicio generoso y constante labor de denuncia y sensibilización, consigamos que nuestra sociedad jamás vuelva la espalda a esta dramática realidad, fruto más de la injusticia social y del egoísmo humano que de causas naturales. Amén.  

 


POR LAS FAMILIAS DE ACOGIDA

  Oh san Jerónimo, padre de huérfanos y protector de los pobres, te pedimos por todas aquellas familias y personas dispuestas a acoger y adoptar a menores desamparados: dispón sus corazones para abrirse a los niños, curar sus heridas y entender y aceptar su condición, por difícil que ésta sea.

   Implora para ellas del Padre de inmensa ternura un amor sin reservas ni límites, generador de estabilidad y esperanza. Amén.  

 


PARA PEDIR LA SALUD DE UN ENFERMO

Oh san Jerónimo, imagen de la misericordia del Padre con quienes son víctimas de la miseria humana,intercede por (Nombre...), que está enfermo. Obtén para él de Dios, Padre misericordioso, por su Hijo Jesucristo, que ha llevado sobre sí el peso de nuestros dolores, fuerza y vigor para su cuerpo; y para su espíritu, fortaleza y paciencia. Y una vez recuperada la salud, podrá alabarte en tu templo, lleno de gozo y con corazón agradecido. Amén.  

 

 

 


ORACIÓN DE UN ENFERMO

  Oh Dios, fuente de todo bien, que has enviado a tu Hijo para que cargara sobre sí nuestros pecados y has derramado sobre nosotros el Espíritu Consolador para que mitigue nuestros dolores; Tú, que en san Jerónimo nos has ofrecido una imagen viva de tu misericordia para con los enfermos, escucha mi oración, y que yo pueda también alcanzar la salud y recuperar la serenidad, para volver a alabarte en tu Iglesia con corazón agradecido. Por Cristo nuestro Señor. Amén.  

 


ORACIÓN DE UN AFLIGIDO

  Oh san Jerónimo, que durante tu vida mortal has asistido, como buen Samaritano, a toda persona enferma de alma y cuerpo con ternura de padre, escucha nuestras oraciones y concédenos la fuerza y el valor necesarios para aceptar y vivir con fe estos momentos de desánimo, y así pronto, libres de esta prueba y recuperada la serenidad y la salud, podamos alabarte en tu templo con espíritu alegre y corazón agradecido. Amén.  

 

 

 

Orar a San Jerónimo (1)

 

Devoción a María, Madre de los Huérfanos

 

Devoción al Ángel de la guarda